La Bici (Parte II)
En alguna ocasión, rodando por el
rumbo de la Huasteca, con el apenas sol naciente, el viento fresco que a pesar
de pedalear, hacía sentir su frío
matinal en la humedad del cuerpo producto del esfuerzo que veníamos realizando
y como de costumbre, con el uso obligado de casco, guantes, calzado, ropa dry
fit, gafas, etc., es decir todo el outfit propio del ciclista de montaña, cabe
decir que llevábamos reservas de agua y algunos snacks para recuperar la
energía, disfrutábamos el momento del accidentado camino y pedaleando con una
buena cadencia en una semi cuesta no muy pronunciada cuando si mas ni mas nos
da alcance algún habitante oriundo de la zona rural por la que nos adentrábamos,
era ya de avanzada edad, vestía pantalón de mezclilla, camisa vaquera, en lugar
de sombrero llevaba gorra en una bicicleta sencilla, ya una vez a nuestro lado,
nos saluda, correspondemos al buenos días, algunas palabras más le siguieron al
diálogo y luego continuó avanzando y poco a poco se fue alejando, nosotros,
solo nos volteamos a vernos unos a otros, esperando a ver quien emitía el
primer juicio de lo que acabábamos de presenciar, alguien dijo: nos pasó como
si nada! Todavía nos saludó y nosotros pujando por el esfuerzo……reímos, pero en
el fondo nos caló el rebase, nos pegó en el orgullo…en ese ego que no nos deja en paz.
Esa escena, nos enseñó y reafirmó
que para lo que unos es recreación, para otros forma parte de su modus vivendi, de su único medio para transportarse,
para trasladarse un día tras otro y poder ganarse el sustento, y lo mejor, sin la parafernalia que para otros es
esencial, no ocupan cuadros de aluminio o carbón, no tienen frenos de disco
hidráulicos, ni 27 velocidades, ni rines cerámicos, ni computadora con
termómetro, altímetro y menos un GPS que grabe la ruta o que decir de un reloj
con monitor cardiaco y saber cuántas calorías quemó…. nada de eso, simplemente,
se suben a la bici, hacen el recorrido de costumbre, quizá a veces a pleno sol,
quizá de noche, quizá en alguna ocasión les agarre una tormenta a la mitad del
camino, quizás, quizás, quizás….. así como cantaba Natalio Reyes Colas, ósea, Nat
King Cole, cuantas otras situaciones se les pudieran presentar en el camino
tanto climatológicas como fisiológicas, en fin, muchos riesgos que se pueden
dar, ¿y saben qué?, así sucede toooodos los días en muchas muchas localidades,
poblados, rancherías, etc., de nuestro querido México, donde el único transporte
familiar, es una bicicleta.
Ahora bien, las ciudades de
pequeñas a grandes, o de grandes a pequeñas, cuestión de enfoque, sin importar
su tamaño, no están exentas de la movilidad terrestre en su versión bípeda, no
por ser una metrópoli con transporte público significa que no haya quien
utilice la bicicleta en su diario que hacer, solo basta poner atención a las
calles y avenidas para ver lo que sucede, así, las junglas de asfalto se
convierten también en serios riesgos para los ciclistas citadinos, ya sea en su
modalidad de transporte personal, de carga
(los panaderos son el ejemplo más común), de comercio (con su canasta de tacos y
uno de esos frascos enormes de mayonesa lleno con una salsa verde
endemoniadamente picosa), el repartidor, el jardinero con su podadora, il
postino (léase “el cartero” por si no dominas el italiano) que entrega las
buenas nuevas y las viejas deudas, el policía, el estudiante, el deportista, el
chaval que va por las tortillas, el dominguero, etc., etc.,….la lista puede ser
muy larga y los espacios para rodar muy cortos, reducidos o nulos y los
riesgos, uuyyy, muchos!
Ciudad o no ciudad, la bicicleta
sigue siendo un medio muy utilizado en el mundo entero, las culturas varían de
país a país, al igual que su uso, no así los riesgos, estos son latentes para
todos en cualquier situación de uso que se le dé. Hace uno días llegó a mí una
nota de un ciclista que falleció en Cozumel mientras entrenaba para un Ironman,
arrollado por un taxista, por un lado,
una persona con un sueño por cumplir, una meta por alcanzar, por otro lado, una
persona buscando el sustento para los suyos, quien fue el culpable? No lo sé, solo
sé que fue acto que deliberadamente le corto la vida a una persona, de una o de
otra parte tuvo que haber una responsabilidad y una co responsabilidad desde
luego, el de las dos llantas llevaba la de perder frente al de las 4 ruedas
motorizadas.
Leí con atención todos los
comentarios de los que ahí opinaban, para bien o para mal, la mayoría de la
gente que comentó la nota era de Cancún donde existe una gran cantidad de
deportistas y aficionados al pedal, me refiero al de rodar, todos, defendiendo
su punto de vista a favor del ciclista, pocos entendiendo que son vías que se
comparten y que por lo mismo debe haber respeto mutuo, lamentablemente fueron
los menos, otra vez cuestión de enfoque, cada quien lo ve desde su trinchera, desde
su propio mundo, y esto es como la política y el futbol, nunca nos vamos a
poner de acuerdo, todos quieren tener la razón, el ciclista rueda en la calle
porque no hay espacios para ello, el taxista se cree amo y señor de las calles,
y su diario transitar lo hace olvidarse de los demás, desde luego hablo en
plural porque también hay taxistas que son ciclistas en sus ratos libres, pero
así, todos aquellos que no tienen la sensibilidad, lo posibilidad de ver todo
lo que hay a su alrededor, pierden esa capacidad, no hablo de la visión, si no
de la posibilidad de OBSERVAR lo que sucede alrededor.
Cuando estas involucrado en
alguna actividad pones especial atención a los detalles de la misma, si no estás
involucrado, solo sabes que existe pero es muy difícil que tomes nota de lo
detalles, sé que muchos ciclistas estarán leyendo esto, si tu practicas la bici
de montaña, desde luego que cuando haces un recorrido o asistes a un evento de
competencia, observas con más detalle las características de las bicis y el
entorno, pero si a tu lado pasa un grupo de ciclistas de ruta, te puedo
asegurar que las bicis no las observas con el mismo grado de atención que como
lo haces con las bicis de montaña, y si eres solo ciclista de ruta te sucede lo
contrario, pero si haces ruta y montaña observas detenidamente ambos tipos. El
abogado se fija en los puntos y comas de los contratos y a lo mejor se olvida
de los números y cálculos financieros que ahí se estipulen, así, cada quien se
interesa en lo que está inmerso, y para
el resto, quizá el mundo sigue rodando.
En resumen, ALGUNOS conductores de autos, de
camiones, de taxis o cualquier otro vehículo motor que no esté involucrado en
el mundo del ciclismo, al observar a una persona en bicicleta en alguna calle o
avenida, lejos de verlo desde el punto de vista ciclista y procurarle
distancia, paso, preferencia o cualquier otra cortesía vial, su primer
pensamiento podría ser de molestia, podría pensar que le estorba ya que debe
bajar la velocidad, o bien, en que debería de irse por la banqueta o que
simplemente no tiene nada que hacer ahí estorbando en la calle y así, una gran
diversidad de pensamientos en su mayoría negativos hacia al que pedalea, si no
crees, has el siguiente ejercicio mental: piensa o imagina un instante que vas
conduciendo y te rebasa una moto repartidora de pizza a toda velocidad y dime
que sentimiento te llego en el momento de meditarlo……interesante no crees? Aunque
claro, esos intrépidos repartidores se han ganado un lugar a pulso con la
misión entregar a tiempo el pedido, y lo peor, arriesgando su vida, no así los ciclistas.
Cada quien ve las cosas desde su punto de vista, ahí el detalle todo depende
con el cristal que se mira.
Dice la ley de la conservación de
la especie que el pez más grande se come al más chico, también, que el mas fuerte sobre vive, y así, esta
teoría se replica en muchos sistemas, en un mundo en movimiento, el camión
pesado, por inercia, se lleva al más ligero, el úrbanero se lleva al taxista,
el microbusero se lleva de encuentro al auto particular, el particular arremete
contra el motociclista, y al ciclista se lo carga el payaso con cualquier otro
vehículo motor, aunque éste esté parado y apagado, con solo abrir una puerta
sin espejear, zas!! Ahí quedan restos de humanidad que no se salvan de aunque
sea un mínimo raspón!
Pues déjame decirte que mientras
no haya una cultura vial que nos permita entender que tanto camiones, taxis,
autos, motos y ciclistas compartan espacios, las agresiones y las diferencias
estarán presentes y latentes. Ya lo dijo Benito Juárez, el respeto al derecho
ajeno es la paz.
Y los peatones apá?