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Este fin de semana esta teniendo verificativo el Triatlón de Xel-Ha en el que participé hace un año, sin embargo, la reseña ya la había escrito pero no la había compartido por este medio así que en honor a todos aquellos aguerridos triatlonistas que se dieron cita en esta ocasión para la edición 2012, les dejo aquí esta gran experiencia que tuve la fortuna de disfrutar exactamente hace ya un año.
Noviembre de 2011.
Noviembre de 2011.
Habiendo ya participado en 4
eventos previos de triatlón, aún estaba pendiente en mis objetivos realizar uno
en aguas marinas; el primero evento de
triatlón en el que participé fue en el
mes de mayo del 2011 teniendo como sede el ya famoso Paseo Santa Lucía en MTY,
donde un río o canal artificial fue el escenario en el que cientos de
triatletas nos dimos cita para nadar en
sus frías aguas, a pesar de ser de baja profundidad el agua se turnaba un tanto
turbia pues a nuestro paso, se levantaban los residuos del fondo, lo amplio de
su cauce y la cantidad de nadadores hacían un rebote de olas tipo laguna, sin
embargo, el mayor contratiempo se dio en el arranque, donde brazos y piernas chocaban
a diestra y siniestra, donde el sabor del caos reinó los primeros 250 metros,
algunos otros nadadores simplemente se paraban y chocábamos con ellos, esta
parte fue quizá la más traumática del evento, especialmente para los primerizos
como yo, el agua fría era lo de menos, pronto entrabamos en calor, poco a poco
tomé mi ritmo y mi brazada, traté de
disfrutar el evento como me lo había propuesto, aunque para ser sincero, al
primer tercio del nado suplicaba que ya se terminara, fue muy estresante.
Mi tiempo de nado fue superado al que tenía
previsto en la alberca, es decir, aproximadamente un minuto menos del objetivo; durante casi un año de entrenamiento me
estuve preparando y adaptando al medio acuático, así es, la idea de hacer una
triatlón había llegado a mí con un año de anticipación (por cierto, el mismo
año que también me había propuesto correr mi primer maratón) pero llegó a mí sin
practica previa de nado, sin técnica, sin estilo, solo con la capacidad de
flote pero con mucha ilusión y un sueño por delante. La bici de montaña y la
carrera a pié ya venía practicándolos
algunos años atrás, sin embargo, la idea de hacer un triatlón se me había
metido a la cabeza y cuando esto sucede, no me detengo hasta conseguirlo.
Las siguientes etapas de mi
primer triatlón fueron más agradables, teniendo como marco y escenario el
Parque Fundidora para la etapa de Bici y nuevamente el río para la carrera a
pié. El trayecto de la bicicleta incluía muchas vueltas cerradas por lo que el
manejo se volvía más técnico con los cambios de velocidad, esta etapa fue donde
recuperé mas posiciones pues mis habilidades de la bici de montaña me hicieron
sacar provecho de la ocasión. La carrera fue simple mente tranquila aunque
también adelanté unas cuantas posiciones, procuraba no perder de vista detalles
de todo a mí alrededor, pues bien se trataba de una competencia pero quería a
toda costa aprender más y eso implicaba poner atención en el resto de los
competidores, jueces y demás personal de apoyo.
Este evento me marcó en gran medida, desde luego para continuar
preparándome y para participar en otros más a lo largo del año, fue un evento
internacional al cual me había preparado casi un año antes, lo disfrute
muchísimo incluso recuerdo que los últimos metros de la carrera aceleré el paso
pero advertí también que estaba al final del evento por lo que desaceleré para
disfrutar los últimos momentos, desde luego llegué sonriente y con los brazos
arriba a la meta, cual debe de ser y con un resultado muy decoroso para ser mi
primer vez.
Los eventos que le siguieron
fueron en albercas, donde el nado es por demás complicado y sumamente
estresante por lo estrecho de los carriles y contra flujos de los mismos,
simplemente lo puedo resumir a un nado de sardinas donde la supervivencia es
fundamental y el caos reina a lo largo de la etapa, salir del alberca es toda
una proeza y una gran tranquilidad por la cantidad de estrés que se genera en
ella.
Combinar tres disciplinas en una
sola competencia no es sencillo, las habilidades son diferentes al igual que
los ambientes, sin un entrenamiento estructurado es más complicado lograr el
objetivo con un buen resultado, sin embargo, el sueño de hacerlo te lleva hasta
la línea de salida cuando la fecha ha llegado y no hay más que hacer que
cumplir, las semanas previas de entrenamiento ya están insertadas en tu cuerpo,
alma y mente, lo que hiciste o dejaste de hacer es ya lo de menos cuando estas
a punto de arrancar.
El nuevo sueño era nadar en el
mar, nadar en aguas saladas, en aguas abiertas pero NO donde hubiera una alberca de por medio, así, era
necesario definir a que evento acudir, surgieron algunas propuestas, que si
Veracruz porque es el más tranquilo, que si Huatulco, Vallarta, etc., al final,
el objetivo estaba puesto en Xel-Há, un lugar paradisiaco, con aguas azules del
mar Caribe, peces de colores, arena blanca en el fondo y desde luego mucha
visibilidad por lo cristalino de sus aguas.
Las inscripciones aún no estaban
abiertas, la fecha exacta del evento aún no
era conocida, solo sabía que sería en el mes de Noviembre pero apenas
estábamos en junio. Pasaron las semanas, no dejaba de nadar, continuaba
participando en carreras pedestres, hice algunos duatlones al igual que los
Triatlones de alberca, pronto se llegó la fecha de las inscripciones, no recuerdo
exacto el día pero solo sé que me inscribí la primer semana en que se abrió la
convocatoria, acto seguido, le avisé a mi primo y Sensei Mike que vive en
Cancún y quien me había motivado a participar en este evento, así que acordamos
que próximos a la fecha haríamos el itinerario, yo pensaba en participar en el
triatlón de distancia Olímpica del sábado pero eso implicaba tomar más días de
vacaciones, además que ya que tenía programado también correr un fin de semana
antes el medio maratón de San Antonio en Texas,
y esto complicaría mis días en el aspecto laboral, así que opté por la modalidad Sprint (que es la mitad
de la distancia del Olímpico) a efectuarse el domingo 20 de noviembre.
El tiempo transcurrió, yo seguía
nadando de madrugada y por las noches me iba a correr o a rodar o ambas para hacer
la transición bici-trote, también ya me había inscrito para el Maratón de MTY
que sería en diciembre, por lo que desde agosto había iniciado el entrenamiento
y lo peor de todo, es que la semana del triatlón también era la semana pico del
entrenamiento del maratón, ese preciso domingo debía correr 32 km de la sesión
larga, además de ser la más larga del entrenamiento, así que simplemente dije
bueno, el lunes es de asueto por el festivo del 20 de noviembre, pues haré la
sesión larga al día siguiente del triatlón teniendo como escenario y pista el boulevard Kukulcán en Cancún….así lo preví en ese lugar tan feo.
Muy rápido llegó la semana del
evento, al medio maratón de San Antonio no pude asistir por cuestiones
laborales, en días previos me programaron una junta de jueves a sábado lo cual
significaba que ya no tenía oportunidad de llegar a tiempo para recoger mi
número de corredor, así que número y habitación se quedaron esperando nuestra
llegada.
Mike me ofreció utilizar su
bicicleta para que yo no cargara con la mía desde MTY, el participaría un día
antes así que no había problema, le acepté su amable ofrecimiento, solo
acordamos que llevaría mis pedales ya que los suyos no eran compatibles con mis
zapatos.
El viernes 18 de noviembre
todavía fui a rodar un poco en la bici, por lo que ya en casa me disponía a
quitarle los pedales para echarlos a la maleta, ya que al día siguiente por la
mañana estaría subiéndome al avión; En lo personal, jamás he tenido problemas
para hacer algunas reparaciones a mis bicicletas, en ese sentido, me considero
autosuficiente para parchar llantas, ajustar frenos, etc., pero esa noche,
simplemente no pude quitarle los pedales, aun con la herramienta adecuada y
sabedor de la rosca inversa, simplemente no lo logré, parecía que estaban
sellados o soldados, solo me acordaba con gran gusto del tal Jaison, amable
vendedor gringo que le colocó los pedales cuando adquirí la bici, creo que los
apretó para siempre.
Le llamé a Mike, el ya estaba en
Playa del Carmen, le comenté lo
acontecido y le dije, sabes?, me voy a llevar mi bicla, me dijo, no, déjame ver
si te consigo unos pedales como los tuyos, me dijo: no traigas tu bici, al
final acordamos que la última opción sería cambiarle los clips a los zapatos,
de cualquier manera y como precaución, me lleve unos pedales normales que en el
peor de los casos los usaría y además con la ventaja de no perder tiempo en la
transición de la bici al trote para ponerme los tenis (siempre hay que buscarle
el lado positivo a los problemas).
Bueno, ya más tranquilo por la
situación de los pedales, terminé de hacer maleta, un último repaso al check
list, casco, lentes, guantes, googles, tenis, etc., todo listo y en orden, así
que me dispuse a dormir, era ya cerca de la media noche del viernes.
Alicia y mis hijos me llevaron a
la terminal aérea, nos despedimos pero dentro de mí lamentaba que no me
acompañaran, siempre me han apoyado, siempre han estado en los principales
eventos compartiendo conmigo la satisfacción de los mismos, pero esta ocasión
iba solo, ni hablar, a aguantarse como los merititos machos.
Antes del medio día ya estaba
aterrizando en Cancún y en camino hacia Xel-há donde me encontraría con Mike y
Chelita; hice escala en Playa de Carmen, pasé junto a un puesto de tacos, ya
tenía algo de hambre, estuve a punto de pararme a comer pero esta vez le hice
caso a mi voz interna, esa que se le llama intuición, al día siguiente iba a
competir, así que no podía darme el lujo de enfermarme del estomago o
simplemente pasar un mal rato durante el evento todo por un antojo, pero vaya
antojo, mas cuando vi la salsa de chile habanero, así que con todo el dolor de
mi corazón y de mi solitaria intestinal seguí mi camino y evité la escala
gourmet, el diablillo interno se quedó con las ganas.
Ya una vez que nos encontramos y
saludamos, entramos al parque, directo a
la carpa de apoyo mecánico para las bicicletas, Mike que dicho sea de paso, es
un gran tipo y amablemente como siempre, ya se había encargado de los pedales,
ya le habían colocado los que necesitaba, así que probé mis zapatos y no hubo
ningún problema, siguió el ajuste de la altura del asiento, di una pequeña
vuelta por el estacionamiento para checar la comodidad así como el accionar de
las palancas de cambio, fue una pequeña vuelta pero suficiente para
acoplarme a la bici.
Pasamos también por el paquete de
competidor donde vienen los números, chip, playera del evento, etc., acto
seguido me fui a la junta previa, ya eran las 4 de la tarde y finalmente el
ingreso de la bicicleta a la zona de transición. Las nubes iban y venían, al
igual que la lluvia, le coloqué un plástico a la bici por las cuestiones
meteorológicas.
Acto seguido, y después de
saludar a muchos conocidos de Mike, nos retiramos a donde pasaríamos la noche,
fue en la zona de Puerto Aventuras donde ya después de habernos instalado, nos
fuimos a cenar, para no variar, cena italiana para la carga del combustible en
su modalidad de carbohidratos.
En el restaurant nos encontramos
una pareja de amigos de mis primos, nos sentamos con ellos, la mayor parte de
la plática fue en torno al evento del triatlón y demás menesteres del
ejercicio, ella, de origen estadounidense, es maratonista, nos dio algunos tips
y consejos que ha venido practicando y
que le han ayudado a disminuir los dolores musculares después de entrenar,
habrá que probarlos para ver su efectividad.
Posterior a la cena, nos fuimos
al evento de premiación de la competencia olímpica, donde Mike se subiría al
podio a recibir su trofeo y los aplausos del respetable por haber obtenido el
2º lugar de su categoría. Tras un largo peregrinar por todo el enorme resort,
finalmente un vehículo tipo trenecito, nos llevó hasta el lugar sede del evento
de premiación, había mucha alegría, canapés y bebidas para los asistentes, yo
tomé agua pues aun estaba en el proceso de hidratación.
Hubo aplausos, abrazos,
felicitaciones y muchos flashazos a lo largo del evento, pues como no si es el
preciso momento del júbilo de todos aquellos que lograron un resultado
sobresaliente, había mucha gente de Yucatán, Chiapas, Mexico, Veracruz, Nuevo
León y desde luego de los anfitriones de Quintana Roo. La fiesta continuaba
pero nosotros debíamos retirarnos pues había que madrugar la mañana siguiente.
5:30 AM del 20 de Noviembre, a
esa hora estábamos saliendo rumbo a Xel-há y a esa hora, ya esta amaneciendo en la
península. Llegamos al parque, ya había una fila de autos entrando y esperando
que les asignaran el lugar para estacionarse, así que ante la fila y para
aprovechar el tiempo les dije que me adelantaría, nos quedamos de ver en la
zona de transición.
Ya estaba llegando a la zona de la bici cuando comienza a llover,
dije, no puede ser, pero en fin, pensé, será una nueva experiencia. Todos
estábamos bajo unas carpas, comencé a sacar mis cosas, ya eran las 6:15 AM y la
zona de transición se cerraba a las 6:30 AM, así que debía apurarme para dejar
todo listo, comencé a sacar mis cosas y en la primera oportunidad en que la
lluvia bajó un poco, corrí a dejarlas, pero ya había un charco muy grande en el
lugar asignado a la bicicleta así que coloqué el plástico que cubría la bici a
manera de tapete y dejé zapatos de bici, tenis de correr, gorra para el sol, el
número para la etapa de trote, la toalla para secarme los pies pero me faltaban
mis lentes oscuros, no los encontré, regresé rápido a la carpa, pregunté si
alguien los había visto, incluso a la gente de apoyo pero todo fue en vano, así
que me resigné a la perdida de los mismos, en el ajetreo de la lluvia, en algún
lugar cayeron y alguien optó por adoptarlos. Aunque he practicado el desapego
en mis sesiones de espiritualidad, me
costó trabajo entenderlo, pues eran unos lentes con los que ya me había
acostumbrado a utilizar sobre todo en los eventos deportivos, ni hablar, no
podía preocuparme y distraerme más con ese asunto, debía enfocarme en el
evento, así que salí de la zona de transición y me dirigí al guarda ropas a
dejar mi pequeño maletín donde cargaba con todo. Enseguida estaban mis primos, les
platique del asunto y me dijo Mike, te presto los míos, solo que ya no podía
pasar a dejarlos.
Caminamos hacia a la zona donde daría
inicio el nado, Mike me iba dando los últimos consejos, me decía metete al agua
para que te vayas aclimatando, entre otras cosas, finalmente llegamos al punto
donde ya no podían pasar los acompañantes, nos tomamos la foto del recuerdo,
nos despedimos no sin antes que me desearan éxito.
Cuando busqué la forma de meterme
al mar, ya estaban llamando al primer contingente, ya casi eran las 7 AM, a mi
me tocaba entrar al agua a las 7:08 AM según el programa, además era tal el
tumulto de gente que el acceso al mar era complicado, así que no me quise
presionar y solo me acerqué a la salida previo calentamiento de brazos.
Por fin llamaron a los de mi
categoría, entramos al puente flotante que sería el punto de arranque, ya
habían salido varias oleadas de competidores, y continuaron llamando al resto
de las categorías, es decir, a todos lo mayorcitos de edad, desde los cuarentones
hasta los de más experiencia, todos saldríamos juntos.
Al entrenar al puente flotante sentí como todo mi cuerpo era recorrido por la adrenalina, clásica de arranque de cualquier evento, solo que esta ocasión era un poco mas fuerte ya que podríamos decirlo, era mi primera vez, así que esa sensación fue aún más fuerte que lo de costumbre.
Di unos cuantos pasos y sentí un
mareo ligero, y de inmediato me pregunté porque sería, cuando de repente sentí
que se movió el piso, acto seguido una persona me empujó del lado izquierdo,
volteé a verlo y me dice perdón, es que se está moviendo mucho el puente….., no
te preocupes le dije. Busqué colocarme donde según yo saldría en línea recta
hacia la primer boya, aunque ésta a la distancia no se alcanzaba a ver, así que
me coloqué cerca de la mitad del contingente, el puente se llenó muy rápido de
competidores y por lo que aprecié, estaba en donde el oleaje golpeaba con más
ímpetu, donde más se movía, donde más se balanceaba, subía y bajaba, preparé mi
cronómetro pasaban de las 7:08 AM y se continuaban acomodando los últimos en
ingresar al puente de salida.
Trataba de ubicar la primer boya,
no la veía, el cielo estaba nublado, todos atrás de la línea pero con un pie hacia adelante y el otro
atrás, tratando de mantener el balance pero a la vez listo para aventarnos al
agua.
Era el momento de la verdad que había
llegado, tanto tiempo esperando el día del evento y ya estaba a unos segundos
de iniciar, la adrenalina al máximo, respiraba profundo para calmar al agitado
corazón que latía sumamente emocionado, solo pensé y me dije a mismo: vas a nadar tranquilo, enfócate en la
técnica, no te estreses, disfruta el nado, disfruta el agua, disfruta los
peces, disfruta el evento.
Finalmente sonó la sirena de
arranque un par de minutos después del programado, su sonido es muy peculiar,
me aventé al agua, mi clavado fue limpio, entre sin golpear ninguna extremidad,
al contacto con el agua sentí lo frío de la misma y en ese momento vino a mi
mente cuando Mike me dijo, metete antes al agua para que te aclimates, ahí
entendí porque me lo había dicho.
Comencé a patear, llegué a la
superficie y al mismo tiempo la primer brazada de muchas más, me olvidé del
frío, solo fue el choque térmico de la entrada, comencé a nadar sin
apresurarme, debía hacer los primeros metros tranquilo así que me concentré en
el desplazamiento, la brazada larga, estirar, girar, etc., veía el fondo del
mar, a mis costados venían muy pegados otros competidores, me acordé de la
alberca sardina y pensé en no estresarme, nos dimos algunos roces entre
brazadas y patadas pero poco a poco fuimos avanzando, unos se adelantaba otros
pocos se quedaban atrás, yo continué, saqué y levante la cabeza para
orientarme, aún no alcanzaba a ver la boya, todavía estaba lejos, pero me iba
ubicando con respecto a los demás nadadores, pasábamos por encima de algunas
rocas y sentía que me estaba aproximando a alguna isleta así que sacaba la
cabeza pero nada delante de mí, continuaba nadando, trataba de mantener mi
respiración con ritmo para no agitarme, en algún instante alguien se me
atravesó pensé que iba fuera de curso, levante rápido la mirada pero no, iba
bien, el que iba quebrado era él, así que decentemente lo empuje sin titubear,
retomó el rumbo y seguimos nadando.
Venía observando todo a mi paso
desde el fondo del mar como a los que venían a mis costados, varios peces de
colores se atravesaban, incluso alcancé a ver una pequeña manta raya en el
fondo, así venía, disfrutando del agua, sintiendo el desplazamiento y
concentrándome en el movimiento para aprovechar mejor cada brazada.
Vuelvo a levantar la cabeza para
orientarme y vi todo gris y medio borroso, levante nuevamente la cabeza y me di
cuenta que estaba lloviendo, pensé wow! Al respirar no sentía gran diferencia
con la lluvia, pero de repente apretó y
entonces fue cuando sentí con mayor intensidad, dije que fregón, nunca había
nadado con lluvia en el mar, pensé: una experiencia más, un punto más para
contarle a los nietos, seguí nadando emocionado por el momento que estaba
viviendo, al final, a eso iba, a disfrutar y aprender una nueva experiencia.
Seguía ubicándome en el
recorrido, por fin visualicé la primera boya, eso significaba que ya había
hecho la mayor parte del recorrido, ya llevaba más de la mitad de la primera
etapa. Salí justo en la boya, pasé rosándola al momento que daba el giro hacia
la derecha, ahora, debía ubicar la siguiente donde volveríamos a dar vuelta,
esta vez sería con giro a la izquierda, continué y ahora sí pase a unos cuantos
metros de la segunda boya, así que corregí el rumbo para evitar hacer mas
distancia, faltaban dos boyas más que marcaban la referencia hacia la salida de
la natación, me fui ubicando con la mirada y con el resto de la gente que iba a
mis costados, mientras sentía un fuerte deseo de eructar, lo hice y de
inmediato me di cuenta que era producto de la dona que había osado comerme por
la mañana, de ahí en adelante me la pasé repitiendo la triste dona,
aprendizaje: nunca experimentes cuando tienes competencia, vi la dona, se me
hizo fácil comérmela y el resultado fue que me vino produciendo gases en la
parte final del nado.
Pronto vi el arco de llegada y
dije ya llegué, unos cuantos metros más, seguía repitiendo a la azucarada dona,
parecía golden fish abriendo la boca debajo del agua; iba emocionado por lo que
había vivido y porque lo mas estresante del evento estaba por concluir, aunque
para ser sincero, en lo absoluto me estresé, me enfoqué en disfrutarlo y así lo
hice, además que, nada que ver con las albercas de sardinas donde había estado
en las competencias previas.
Llegué a las escaleras de salida,
me subí, chequé mi reloj y marcaba 20 minutos de nado ( el chip marca dos
minutos más debido al desfase del arranque), me decepcioné pues pensaba que iba
a hacer 17 minutos, dije bueno, no importa, me levanté los googles, había mucha
gente y muchos fotógrafos que estaban ahí aplaudiendo, saludando y motivando a los
que salíamos del agua, recuerdo que vi a un fotógrafo de frente, le hice una
señal de victoria “V” con los dedos al
tiempo que tomaba la foto, continué corriendo por el tapete que nos llevaría
hasta la zona de transición. Metros adelante vi a Mike y Chelita, nuevamente
hice la señal de “V” a manera de saludo, me tomaron foto y continué sin parar.
Llegué a la posición de la bici,
me disponía ponerme los zapatos cuando escucho que alguien grita: Raúl!!!!, alcé la mirada, era Mike agitando los lentes
con la mano, corrí los tomé, me los puse, me coloqué el casco, la toalla que
tenía para secarme los pies estaba más
mojada que yo, agarré la bici y salí corriendo de la zona de transición, pasé
la línea de montaje, me subí a la bici, no sin antes marcar el tiempo parcial
en mi cronómetro y comencé a pedalear.
Salimos del parque hacia la
carretera, dimos vuelta a la derecha, un tanto cerrada, continuamos para más
adelante dar vuelta en U y avanzar sobre la misma carretera ahora hacia el poniente.
Poco a poco comencé a acelerar conforme adquiría cadencia y bajando de engrane,
alcance los 36 km/hr, iba pasando a muchos ciclistas, cerca del km 2 me di
cuenta que traía a alguien atrás pegado a mí, así nos fuimos cerca de 3 km pero
nunca le vi la intensión de pasarme para que ahora él cortara el viento, así
que bajé un poco el ritmo y obvio me pasó y dije va mi turno, así que me le
pegué, alcanzamos a un grupo de jóvenes damas, todas traían traje del equipo
TRAINER oriundo de MTY, vi que el que iba delante de mi les hacia algunos comentarios, que por
cierto, vi en su tatuaje que era de mi categoría, así que en ese momento se
convirtió en mi rival.
Comenzó a llover, y yo dije y
ahora? En eso me hace una señal para que lo pasara así que aceleré, todos
veníamos exclamando por la lluvia, la cual fue apretando cada vez más, hasta
que de plano era un tremendo aguacero, pensé, que bueno que agarré los lentes
de Mike, de lo contrario se me hubiera complicado la vista, las gotas se
sentían como alfileres en los brazos y en la cara, era tal su fuerza que nos
hizo bajar el ritmo, vi la computadora y registraba 28 km/hr. La lluvia fue
cediendo hasta que casi se extinguió, se me empareja el susodicho y le
pregunto: de dónde vienes? Me contesta: de
Monterrey, y tú? Para mis adentros dije, lo sabía! pues venía dándoles comentarios a las regias de Trainer, y le contesto yo
también!, cómo te llamas? me preguntó, Raúl y tu? Gabo me respondió, ok, mucho
gusto, di ahí en adelante nos fuimos haciendo equipo luego alcanzamos a otra
persona de la categoría siguiente superior, nos pegamos atrás de él, primero
Gabo y luego yo, y vi como se abría hacia un lado y luego hacía el otro, como queriendo
sacudirnos para que no hiciéramos drafting con él, hasta que dijo, hey pásenle,
yo estoy más viejo, nos reímos, así que nos adelantamos y continuamos el drafting,
pero ahora si nos íbamos intercambiando entre los tres.
A pesar que veníamos a buena
velocidad, con tramos de 37 km/hr pensé en adelantarme, pero me dije que no
sería lo mejor porque haría más esfuerzo solo y aún faltaba correr, no quería
quemarme, así nos fuimos el resto del trayecto hasta un kilómetro antes de
llegar donde pensé que por estrategia ahora si debía adelantarme y sacarle
ventaja a mi contrincante por que no sabía que tan rápido era para correr, así
que aceleré y me despegué de ellos dos, no sin antes escuchar que el
“mayorcito” dijo, que buena pedaleada dimos, que buena cadencia mantuvimos, lo
asentimos y acordamos pero yo ya estaba acelerando.
Llegué a la zona transición,
frené me bajé de la bici y entre corriendo, deje la bici, me quité el casco me
iba a poner calcetas para correr, normalmente no corro descalzo por aquello de
las ampollas, pero mis tenis estaban más que mojados al igual que las calcetas,
así que dije me voy a tardar más, metí
los pies en los tenis agarré el cinturón con el número de corredor y arranqué a
correr mientras me lo colocaba en la cintura.
Pasé el tapete de registro del
chip a la salida de la transición, marque mi parcial en el cronómetro, llevaba
exactamente una hora, había hecho 36 minutos en la bici, salimos del parque
hacia la carretera, mis piernas todavía se estaban adaptando al trote cuando
llegamos al paso a desnivel que cruza por encima de la carretera y por donde
debíamos subir, el sol comenzaba a asomarse, vi a alguien delante de mí en la
subida que bajó el paso mientras alguien le gritaba: “échate agua en las
piernas…” había un punto de abastecimiento, agarré una bolsa de agua, estaba
helada! Le di unos cuantos tragos y el resto me la eché en los muslos y
chamorros siguiendo la sugerencia del espectador, sentirla sumamente fría me
daba una sensación de descanso, bajaba la temperatura de los músculos y el
dolor menguaba.
Bajamos el paso a desnivel y nos metieron
por una brecha, con mucha vegetación, tan abundante era que generaba sombra
tanto para los que íbamos como para los que ya venían de regreso, eso sí, la
humedad se sentía más fuerte. Llegamos a otro punto de hidratación, aplique la
misma fórmula, unos tragos para mí, el resto para mis piernas, más adelante se
acabó la sombra, el calor levantaba el vapor y la humedad no cedía, dimos
vuelta en el punto de retorno, otro punto de hidratación, nuevamente la fórmula
compartida del agua.
Ya casi para llegar al siguiente punto de hidratación
veo al famoso Gabo que apenas venía en el trote, lo saludé y pensé ya me lo
metí, funcionó la estrategia, alcancé a rebasar a otros mas de mi categoría en
el trote, por lo que venía sumamente motivado a pesar que comencé a sentir la
molestia de algo que me rozaba en el pié izquierdo, advertí una ampolla de por
medio.
En punto de hidratación
nuevamente tomé mi bolsa de agua, y me dice uno de los que estaban apoyando: te
echo agua? Le dije si, y sentí que me bañaba con el agua helada de las bolsitas
pero de repente sentía un chorro en la espalada que no paraba al tiempo que
sentía lo frío escurrir, volteo la mirada y lo veo corriendo atrás de mi
echándome el agua, dije, que buena onda de chavales. Continué mi paso, la
molestia del pié iba in crescendo,
pero era tanta mi emoción que me decía me vale gorro, aunque sangre.
Salimos a la carretera, se acabó
la sombra, el sol estaba picoso, aceleré en la subida en el paso a desnivel,
tomé la última bolsa de agua, un pequeño sorbo y el resto a mis piernas,
mantuve el paso en la bajada, venía la recta final de entrada al parque,
aceleré rebase más gente, vi el arco de la Meta y dije chin!!, ya se acabó!
Alcancé a una joven pero muy alta dama, la rebase y a unos cuantos metros de la
meta aceleró y se me emparejo, voltee a verla
y dije no puede llegar antes que yo, así que apreté el paso y llegué
ligeramente primero que ella, levanté los brazos y me dije, misión cumplida! Una
revuelta de emociones llegaron a mí, no se trataba de un evento de gran
desgaste físico pero si de un sueño, de un ideal, de nadar fuera de una
alberca, de nadar en agua salada, además aderezado de vertiginosos cambios de
clima, una experiencia única en un lugar espectacular, un sueño mas que se
estaba haciendo realidad. Agradecí a Dios por permitirme estos momentos.
Ya en el área de recuperación me
quité los tenis, iba tan contento y emocionado que olvide entregar el chip y
recoger mi medalla, la herida por la ampolla sangraba un poco, fui a la asistencia
médica por una bandita justo al lado, estaban entregando las medallas, no sin
antes entregar el chip. Busqué a mis primos, que siempre estuvieron al
pendiente, les estoy muy agradecido, son unos grandes anfitriones y grandes
personas, siempre lo han sido.
Evento :
|
Triatlón Sprint y Olímpico Xel-Há 2011
|
Nombre :
|
RAÚL G
|
Categoría :
|
SE - Sprint Varonil 40-44 SE
|
Número de Competidor :
|
797
|
Equipo :
|
|
Tiempo(s):
|
|
Natación
|
00:22:25
|
T1
|
00:02:03
|
Ciclismo
|
00:36:05
|
T2
|
00:02:01
|
Carrera
|
00:26:08
|
Total
|
01:28:42
|
Lugar(es):
|
|
Lugar Natación.
|
30
|
Lugar en Ciclismo.
|
18
|
Lugar en Carrera.
|
14
|
Velocidad:
|
|
min/100m
|
02:59
|
km/h
|
33.26
|
min/km
|
05:14
|
Competitividad:
|
|
Lugar Categoría :
|
14 de 93
|
Tiempo promedio en su Categoría :
|
01:34:38
|
Mejor tiempo en su Categoría :
|
01:17:47
|
Lugar Rama :
|
124 de 595
|
Tiempo promedio en su Rama :
|
01:32:09
|
Mejor tiempo en su Rama :
|
00:59:53
|
Lugar Evento :
|
155 de 1012
|
Tiempo promedio en el evento(Sprint) :
|
01:35:37
|
Mejor tiempo en el evento(Sprint) :
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00:59:53
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Tiempo Total :
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01:28:42
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