El Maratón de las
Emociones.
Que complicado es querer iniciar
la reseña con tantos motivos, la ciudad, la carrera, el arranque, la energía de
la gente, uyyy… muchas emociones y sentimientos desbordados en tan pocos días.
Es mi tercer maratón, y este fue
tan diferente como los otros dos, cada uno tiene lo suyo, cada uno lo hace
especial, cada uno con lleva un aprendizaje pero todos van cargados de lo mismo, de la sensación o mejor dicho, de la sublime sensación que nos recorre y
nos hacer sentir mil y una cosas que solo estando ahí se pueden entender, pisar
esa línea de llegada significa mucho más que cruzar una meta, cada quien la
vive y la celebra a su modo, pero todos tenemos esa misma sensación única y
especial y muy difícil de explicar, así que mas que narrar el recorrido de
principio a fin les platicaré la parte vivencial que significa correr un
maratón como lo he hecho en las pasadas 18 semanas.
La primera parte y posiblemente
la más complicada para algunos es tomar la decisión de correr un maratón, sobre
todo si es el primero, desde ahí comienzan las mariposas a revolotear en
nuestro estómago, aceptar y aceptarse dicho reto no es fácil, luchar con el
diablillo interno es muy complicado, pero una vez que te decides, comienzas a
sentir y a experimentar sensaciones diversas.
Luego viene la parte de la
inscripción, decir que maratón correr también significa donde y porque, quizá
para los más experimentados sea más sencillo y solo es cuestión de revisar el
calendario de eventos y elegir uno o más para el año que transcurre, mi
decisión de correr el maratón de Chicago fue en diciembre del año pasado cuando
andaba cabildeando entre las opciones del año, una vez decidido, el siguiente
paso era la inscripción, estar atento a la fecha de apertura, un día antes de
que esto sucediera ya tenía emociones varias y porque no decirlo, ya estaba
nervioso, nervioso por la incertidumbre de lograr la inscripción pero también
nervioso por no saber que podía pasar en los siguientes meses, así que el 1º.
De febrero estaba esperando la hora de apertura para inscribirme, ahí otra vez
las emociones recorriéndome por todos lados. Una vez superado el proceso, vino
la primera celebración, recibir la confirmación de ser ya un participante del
Bank of America Chicago Marathon….uff! adrenalina recorriendo el interior, como
un proceso de embarazo, nueve meses
antes concretando el proceso de gestación, la semillita ya estaba
sembrada, ahora a cuidarla y regarla todos los días para que germinara sin
problemas.
Luego, a promover y a invitar a
otros para hacerlos cómplices de esta aventura, de todos, 3 aceptaron el reto,
Sergio fue el primero, recuerdo cuando me dijo, si, precisamente estaba pensado
correr el maratón para celebrar mi cumpleaños no. 44, así que solo le faltaba
el pequeño empujoncito, y luego le
siguió Gustavo, y Mike un par de días después. Otra vez la emoción y gusto de
saber que no iría solo, pero eso de ir solo, es solo un decir.
Más emocionante fue saber que en
seis días se agotaron las inscripciones, eso presagiaba emociones exponenciales
de la energía de 45 mil corredores, jamás había participado en un evento con
tanta gente, tantos corredores como tantas historias individuales y porque no
algunas colectivas de los grupos o equipos que asistirían uniformados, pero al
final cada quien escribiría su propia historia, así, la mía ya está escrita,
así que continúa leyendo.
La semana 18 concluyó
anticipadamente, esa semana todavía tenía tres sesiones, y como recordarán Omar
y Juan Ramón acordaron correr conmigo esos tres últimos días, el martes sin
falta y en punto de las 6 AM ya estábamos los tres afuera prestos para iniciar cuando
de pronto llegó Carlos en su bici solo para dar fe que el compromiso estaba
cumplido, así dimos paso y nos fuimos hacia el punto de arranque. Carlos nos
escoltó en la bici no sin antes que nos tomáramos la foto para dar fe, íbamos
por 5K solamente, sin embargo, una pequeña molestia se hizo presente en mi
rodilla derecha, pensé que ya entrando en calor desaparecería pero nada,
llevábamos 4K y el dolor no cedía, decidí dejar de trotar y al km 4.5
paramos. Me quedé preocupado y solo
esperaba que no fuera algo que me hiciera una mala jugada para el maratón. Omar y Juan Ramón cumplieron, me dio mucho gusto haber trotado con ellos pero les
dije que ahora el que no cumpliría para
las siguientes sesiones sería yo, porque tomé la decisión de suspender
los dos trotes siguientes, como sea, les estoy agradecido con esa muestra de
apoyo así que el compromiso seguía creciendo para cumplirles a todos pero
también el nervio y la preocupación seguían in crescendo por la molestia que
tenía en la pierna.
Asistí a la clínica de una famosa
y consumada entrenadora que además de ser Doctora especialista en medicina
deportiva cuenta con grandes logros
personales de velocidad y resistencia, es ultra maratonista y Ironman pero andaba
en Berlín con sus pupilos así que en su ausencia me atendió otro Doctor, mi
tocayo, al final, tras una exhaustiva revisión resultó en una tendinitis en su
etapa inicial, así que me recetó algunos des inflamatorios y un par sesiones de
terapia y me dijo que no debía tener mayor problema, pero que sí estuviera
alerta por si el dolor se incrementaba. Cabe mencionar que Doris, la terapista
es genial y me dio aliento con su plática y además escuché comentarios de otras
personas que andaban por ahí recibiendo su masaje previo al maratón pues
también asistirían a Chicago. Hice mis terapias, me tomé las píldoras pero
seguía con esa sensación de incertidumbre que me incomodaba, trataba de no
pensar en ello cada vez que sentía el dolor, si no más bien, en pensar que para
el domingo estaría más que listo para
disfrutar mi recorrido.
Normalmente, una noche antes del
evento es difícil conciliar el sueño, pero para mí, la noche complicada fue de
jueves para viernes, ya que el viernes estaríamos saliendo muy temprano por la
mañana hacia nuestro destino final, así que realicé un repaso al check list
para que no me faltara nada y después me fui a dormir…bueno, a intentar dormir,
otra vez, las sensaciones y emociones encontradas me tenían en vela, emocionado
porque ya estaba a punto de ir por el reto pero por otro lado también me
incomodaba las molestias de la pierna, en fin, alcance a cerrar los ojos en
unas cuantas ocasiones pero para las 4 AM ya estaba iniciando el día.
El viaje fue algo cansado y
largo, tuvimos que volar a la ciudad de México
para de ahí hacer la conexión a Chicago, mientras esperábamos la salida,
comenzaban a llegar los pasajeros, era fácil identificar cuáles eran
corredores, calzaban tenis, vestían playeras, pants o chamarras deportivas,
cruzamos plática con varios de ellos, creo que no menos del 80% de los
pasajeros íbamos al maratón, durante el viaje la hidratación hacia que las
filas al sanitario fueran largas, varios aprovechamos para estirar las piernas
pues 4 horas de vuelo hacen mella en los inquietos corredores que no sabemos
estar sentaditos y bien portaditos, las platicas en el avión eran en torno al
magno evento, tanto de principiantes como de otros ya experimentados, todos
opinaban, todos sugerían, todos comentaban, pero todo era en función del
maratón, recomendaciones, tips, ánimos, de todo hubo, sobre todo, esas
emociones que te embargan y la adrenalina que seguía fluyendo, así como niños en
camino al mágico mundo de Disney solo que nosotros íbamos al mágico mundo de
las emociones del Bank of America Chicago Marathon!!
Ya una vez en el aeropuerto O`Hare
esperamos a Mike y Chelita que venía de Cancún, llegaban al mismo aeropuerto
pero en diferente terminal, los recibimos, nos saludamos y nos fuimos los
cuatro juntos pues estaríamos hospedados en el mismo hotel. En ese inter, me
llamó Gustavo y me comento que el ya iba en camino a su hotel, así que solo
faltaba Sergio, pero el llegaría el sábado por la tarde.
Ya una vez instalados en el
hotel, salimos rumbo al McCormick Place Convention Center para ir por lo
números de participante, estaba muy cerca de nuestro Hotel, aún así decidimos
ir en autobús, habíamos comprado los pases del CTA (Chicago Transit Authority,
que dicho sea de paso, el sistema de metro y autobús es muy recomendable,
limpio y seguro).
Una vez ahí en la Expo las
emociones otra vez se hicieron presentes, desde la entrada al edificio, mi
corazón se agitó y me estremecí a la vez que daba gracias por el momento, nos
tomamos algunas fotos para el recuerdo y para la reseña desde luego, saludamos
a otros corredores connacionales, platicamos con unos regios y nos tomamos
foto, y por fin ingresamos a la zona del evento, ubicamos nuestros lugares que
estaban numerados y pasamos a hacer una corta fila, en donde una amable dama me
recibió con una gran sonrisa que desde luego era correspondida, le tomé una
foto con mi sobre y luego una Canadiense que estaba atrás de mi me dijo, si
quieres les tomo una foto, no lo dudé ni un segundo y la imagen recibiendo mi
numero quedó para la historia. Otra vez el hormigueo recorría mi cuerpo y mi
corazón palpitaba a mil, cada vez más cerca del arranque. Simplemente, estaba
feliz y agradecido.
También recogí el numero de
Sergio, deambulamos por la Expo el resto de la tarde, viendo stand tras stand y
viendo las novedades y mercancía diversa, Alicia estaba dispuesta a comprar un
par de tenis pero quería que le analizaran su pisada ya que en el pasado ha
tenido algunas molestias, así, primero pasamos con los de Newton, se probó
algunos tenis pero no la convencieron, luego fuimos a otro stand de otra marca
que de momento no recuerdo, también tras una leve encuesta le hicieron algunas
observaciones pero nada, me distraje comprando un pretzel y cuando reaccioné
Alicia ya estaba comentando con un muchacho de Brooks que tenía un gran
parecido a Shaggy de Scooby Do, pronto la subieron a una banda caminadora y
estuvieron analizando su pisada, luego nos mostraron el resultado y su mejor opción
de calzado y más apropiado para Alicia, se probó los tenis, camino un rato y le
dije ponte a trotar y pues sí, se sintió cómoda con ellos, nos dieron un
papelito con el modelo y talla y nos dijeron que pasáramos a un costado para
solicitar y pagar los tenis, en eso estábamos cuando nuevamente se acerca
Shaggy y le pone una variedad de tarjetas en forma de abanico y le dice elija
una, después había que rascarle en 3 ventanas, lo hizo con la primera y salió
una huella de tenis, a lo que comenta el buen Shaggy: si le salen 3 iguales se
gana un premio… rasco la segunda ventana y otra huella, le dije ándale, ya solo
te falta una mas y efectivamente salió la tercer figura, nos felicitó el chaval
y luego le dijo hay que rascarle más para ver el premio, el cual, fue un par de
tenis…. Así que la suerte la perseguía y a mí también pues mi bolsillo se
ahorró 120 dólares. Las emociones
continuaban y ahora le había correspondido a Alicia, era la bendecida en ese
momento. Nos dijo Shaggy: hay muy pocos de estos premios y es el primero que
sale en el día, felicidades!
El Doctor me había sugerido
colocarme una banda de presión en la rodilla, la busqué en la expo y cuando
finalmente la encontré la gente del stand ya se había retirado, ya casi era el
cierre, así que nosotros también ya nos íbamos, teníamos un compromiso ya
pactado. Al buscar un taxi, y dada la cantidad de gente que había, nos
ofrecieron una Limusina con servicio tipo microbús hacia el centro de la
ciudad, el frío y la tardanza nos hicieron optar y aceptar viajar como Don Gato
y su pandilla, nos subimos 10 personas, 4 de ellas eran de Veracruz y el resto
de diversas ciudades de USA, fue un traslado ameno pues obvio que con los
connacionales jarochos se armó el ambiente, por fin llegamos a nuestro destino,
éramos los que íbamos mas al norte por lo que fuimos los últimos en descender.
Esa noche pasamos una velada muy a gusto con Gustavo y su familia, que fueron a
echarle porras, sus papás, Alejandra su esposa y también Rolando y Cinthia. Cenamos pasta para continuar con la carga de
combustible, los carbohidratos son los alimentos recomendables para cuando se
tiene una sesión importante de acción como lo es un maratón.
El sábado regresamos temprano a
la Expo a comprar mi banda y Mike algunos
otros artículos y su traje para triatlón, de ahí nos fuimos a conocer un poco
la ciudad y algunos de sus muchos atractivos turísticos, de ambulamos por ahí
pero no queríamos abusar, los pies y piernas deberían estar descansado para el
día siguiente.
Subimos a la famosa Torre Willis,
antes llamada torre Sears, un edificio de los más grandes del mundo, de hecho
fue el más alto por 25 años hasta que las torres Petronas de Kuala Lumpur en Malasia
lo desplazaron al ser construidas en 1998, pero luego, para no quedarse atrás,
le pusieron una antenita de vinil un poco más larga lo que la volvió a colocar
en el primer lugar hasta que en el 2009 la torre hotel Burj Dubai en los
emiratos árabes le volvió a arrancar tan honroso titulo. Como dato curioso, al
ir subiendo por el elevador, una pantalla plana gigante iba mencionando conforme
ascendíamos la altura alcanzada y comparándola con otras famosas estructuras del mundo como la torre Eiffel por
mencionar alguna, así transcurrió todo el ascenso pero era tal la rapidez del
elevador que tuve que destaparme los oídos en al menos dos ocasiones.
La vista desde arriba es
impresionante, pudimos observar hacia los 4 puntos cardinales, nos tomamos algunas fotos y desde luego nos
paramos en el Sky deck, que es una especie de saliente formada por puro cristal
incluyendo la superficie en la que te paras, así que con solo ver hacia abajo
sientes como la sangre te fluye con una especie de vértigo y te hace exclamar
ayyy weee…..!
Después de la torre bajamos para
ir a cenar, Sergio ya había llegado pero se había ido a ver un juego de futbol
americano colegial, Notre Dame vs Miami en el Soldiers Field, me insistió mucho
en acompañarlo pero estábamos aun turisteando desde las alturas pero acordamos
vernos después en mi hotel para que pasara por su número de corredor. La cena
fue en el famoso Giordano´s que tanto Evers como Gustavo me lo habían
recomendado, un concurrido lugar donde
su especialidad es la pizza, pero en especial la Pizza estilo Chicago, que mas
que pizza parece un pie pues es profunda y la cubierta final es precisamente la
salsa de tomate, lo que en otras ocasiones es lo primero que se pone sobre el
pan.
Pues sí, la pizza tiene su origen
en Italia pero como todo, cuando llega a otras latitudes es tropicalizado para darle gusto a los paladares locales, es
curioso pero como un ejemplo de comida ya ambientada a otras costumbres y
culturas podemos mencionar las hamburguesas hawaianas, que reciben ese nombre
solo por llevar piña, ya que la piña es una fruta característica de aquellas
islas, otro ejemplo, muy extremo, es que aquí en Mexico puedes encontrar rollos
de sushi con carne de taco al pastor o arrachera que en lo personal no se me
antojan en lo absoluto y que además creo que rayan en lo grotesco, o bien los
famosos burritos queriendo parecer nuestros clásico tacos, en fin, así pues, la
pizza llegó a Chicago para quedarse y consolidarse ya como una típica comida de
la ciudad, es diferente pero me agrado y mas que me la resbalé con una rica
cerveza Stella Artois de origen Belga, suave pero perfumada que deja sentir su
agradable sabor en el paladar, además de un espagueti marinara que consumimos para
nuestra amplia carga de carbohidratos y darle energía al cuerpo para el día
siguiente, para el gran día.
Ya una vez llegando a nuestro
Hotel, Sergio, Vero y su hijos ya nos esperaban, nos saludos con gran gusto, al
fin, amigos entrañables, platicamos, comentamos y quedamos de vernos al día
siguiente para el gran evento, habíamos acordado correr juntos pero teníamos
corrales de arranque diferentes, en fin, nos despedimos y nos fuimos a
descansar, aunque no lo crean, dormí muy a gusto, nada de ansia, ya estaba
listo para el gran día. Quedamos de vernos a las 6:15 AM en el lobby, Mike
tenía planeado encontrarse con un grupo de amigos de Cancún para arrancar
juntos en un corral en la primera tanda de las 7:30 AM.
Pocos minutos antes de las 5 AM,
abrí mis ojitos, esos que algún día se habrán de comer los gusanos, vi mi reloj
y me dije, llego el gran día, sentí el cosquilleo y como niño en la víspera de
Navidad me levanté a ver los regalos, dije, ya es hora, me sentía contento, di
gracias, y me conecté con el universo para recibir luz, como en toda sesión de
meditación, le pedí a todas las partes de mi cuerpo que disfrutáramos el
evento y que su apoyo sería fundamental
para llegar hasta el final esperado, alineé mis centros energéticos, y pronto
estaba preparando mi alimento mañanero, un gran sándwich de crema de cacahuate
con una también generosa porción de miel de abeja, tome agua con electrolitos,
continué con mis oraciones, me metí a bañar y como si fuera un torero, inicié
mi ritual en la recamara contigua de la habitación, no quería despertar a
Alicia, pero yo ya estaba en lo mío, recordé el día de mi boda mientras me
ponía el atuendo para la gran fiesta, pero esta vez en lugar de un traje de
etiqueta, me arropaba con lo necesario y pasando lista a cada una de las
prendas y accesorios, tenis, calcetas, gel, banda del monitor cardiaco, etc.,
en el inter, le envié a Sergio un mensaje, también le pregunté sobre la
temperatura, me confirmo que estábamos a 6 grados centígrados; luego de revisar y confirmar que en la bolsa
para el guarda ropas tenía todo lo necesario para después de la carrera, me di
cuenta que iba retrasado, así que le mandé a Mike un mensaje notificándole mi
desfase en el tiempo programado, por fin, terminé con el ritual, le agradecí a
Alicia su compañía y apoyo, otro escalo
frío me recorrió y acto seguido bajamos para encontrarnos con Mike y Chelita.
Tomamos el metro, en la estación
ya había más gente con rumbo al gran circo, todos con gran optimismo pero el
nerviosismo no podía esconderse, avanzamos dos estaciones y nos bajamos en
Jackson Av., salimos y un gran número de gente avanzaba hacia el área de salida,
el acceso era controlado así que nos detuvimos en un esquina y nos preparamos,
es decir, nos despojamos de la ropa extra, nos felicitamos, nos tomamos algunas
fotos y nos despedimos de Alicia y Chelita, nos fuimos hacia el guarda ropas, a
Sergio quedé de verlo en una fuente, no lo vi, nos mensajeamos pero vi que el
acceso a los corrales estaba controlado, Mike me insistía en que me fuera con
él y su grupo de amistades, yo había quedado en correr con Sergio pero veía
complicado hacerlo porque estábamos en corrales de arranque diferentes, el
tiempo pasaba y decían que estaban próximos a cerrar los corrales y que los que
no llegaran a tiempo, tendrían que irse hasta el final del contingente para
arrancar al último, total que no pude
ver a Sergio, no pudimos arrancar juntos.
Ya en mi corral, me puse a
estirar un poco, saludé a muchos mexicanos, el ambiente era frío pero de
camaradería, el viento se hacía presente, llevaba una playera térmica y encima
mi playera de manga corta y luego una playera de algodón también de manga larga
que sería la que desecharía una vez que entrara en calor, así que aproveché y
me puse la playera de algodón entre la térmica y mi playera que tenía mi
nombre, pronto escuché el himno nacional de USA y dieron arranque al bloque de
las 7:30 AM, nosotros estábamos programados para salir a las 8 AM, así que
saqué mi audífonos, sintonicé una estación de radio, ya había seleccionado
previamente una estación ya que por lo general pongo radio en lugar de mi play
list, pero al buscarla, la primera
canción que escuché fue: The Heat is On,
y me dije, ya no le cambies esta es la estación que debes escuchar, a partir de
ese momento comenzó a fluir con más fuerza la adrenalina, la cuenta regresiva
continuaba, el hormigueo de todo el cuerpo aumentaba, a la vez que daban
diversos anuncios por los altavoces, de pronto comentaron que México era el
segundo país con más participantes después de USA, en ese momento se escuchó
una ovación de todos los que ahí estábamos, nuevamente, la carne de gallina me
recorría en todo el cuerpo y no era por el frío, la emoción iba en aumento,
todos nos volteábamos a ver y nos felicitábamos a la vez que no deseábamos lo
mejor, preparé mi cronómetro, el corral de adelante comenzó a avanzar, mi reloj
seguía en búsqueda de satélite, el cuerpo me comenzó a hormiguear, le mandé
animo en mis pensamientos a Mike, Sergio y Gustavo, les dije, vamos por todo,
hasta el final, luego le mandé un mensaje a Sergio y le dije: Hasta topar con pared!!
Comenzamos a dar los primeros
pasos, cosquilleos, hormigueo, escalofríos, lagrimas, todo me paso en un mismo
instante, el momento esperado había comenzado, la euforia de todos era
magnánima, todos celebrábamos, todos sentíamos la adrenalina al máximo, nos
detuvimos unos segundos pero de inmediato nos dieron la salida, me dije Show
time! a la vez que mis ojos escurrieron unas lágrimas de emoción, era una
sensación indescriptible, estaba arrancando lo planeado hace varios meses, me
dije, vamos a disfrutar y llegar hasta la meta!
La porras y entusiasmo de la
gente no dejaba que mis sentimientos se estabilizaran, avanzamos poco a poco,
cada quien tomando su propio paso, otra vez agradecí el momento y trataba de no
perder detalle de todo lo que pasa a mi rededor, un paso a desnivel inmediato
me hizo voltear hacia arriba, toda la gente aplaudía y apoyaba, era el máximo
éxtasis, pero los primeros pasos me hacían sentir que algo no estaba bien, mi pierna me mandaba mensajes
diciéndome hey! Aquí estoy, no te olvides de mi, pero yo si me quería olvidar de ella, así que me
dije, si me vas a fallar, fállame cerca de la meta, dame oportunidad de
disfrutar este recorrido.
Pronto la gente comenzó a
gritarme por mi nombre, yo estaba incrédulo de ver la cantidad de gente que me
echaba porras, que me gritaba por mi
nombre, esa euforia me hacia olvidarme de las llamadas de atención de mi
pierna, además iba atento a todo mi rededor, viendo al gente, a los corredores,
los edificios, y solo decía, Dios, dame oportunidad de disfrutar y terminar
este recorrido!
Durante mi entrenamiento había
decidió utilizar el método Osler, es decir, tener ciertos intervalos de
caminata entre el trote, había entrenado las últimas sesiones largas con ciclos
de 14-1, es decir, 14 minutos de carrera por uno de caminata, y para la
carrera, establecí el mismo método pero en lugar de los 14 minutos, lo cambie
para cada estación de abasto, así, eran 20 en todo el recorrido, es decir,
estaban aproximadamente cada 2.5K
La primer estación de abasto me
la brinqué, iba tan emocionado y con tanta gente a mi rededor que me fue
complicado parar, las porras eran increíbles, la energía al máximo, por algún
motivo corrí por un extremo y eso hacía que la gente viera mi playera, iba
feliz porque todos me gritaban por mi nombre, yo simplemente no podía creer lo
que estaba sucediendo, choque la mano
con algunos, pero era complicado querer ver el recorrido con edificios tan
característicos como ver a la gente que nos aplaudía y nos animaba. Simplemente
iba en el éxtasis total, solo esos pequeños piquetes en la pierna volvían a
poner con la mente en la tierra, los pies ya estaban ahí!
Pensé en mi papá y le dije sé que
vas aquí junto a mí y que estas disfrutando el recorrido tanto como yo, gracias
por acompañarme.
En algún momento, el declive de
la calle con cierta pendiente en los extremos, me hacia irme hacia el centro
donde era un poco mas plano, pero tan
pronto como veía que era más regular, me iba al extremo derecho, la simple
razón era porque la gente podía ver la playera y me gritaba tanto por Raúl como
por México, ufff!!!, eso me hacia entumecerme, las emociones afloraban y una
que otra lágrima también, esa sensibilidad de escuchar, sentir y disfrutar me
tenía más que motivado, sentía un piquete en la pierna y simplemente me decía,
no le hagas caso, vamos a disfrutar hasta donde sea posible, así que el dolor,
lo traía castigado e ignorado, me lamentaba porque Sergio no venía conmigo pero
a la vez pensaba que él estaba disfrutando tanto o más que yo, pronto llegamos
a la segunda estación de abasto y dije ahora sí, tomé un vaso de gatorade, le
di unos cuantos sorbos y pensé en despojarme de la playera de algodón ya que
había alcanzado mi temperatura corporal pero advertí que aun estábamos en una
zona de edificios y el viento corría muy poco, al fin por eso Chicago se conoce
como la Windy City, ósea, la ciudad de
los vientos, así que decidí esperar a que el recorrido fuera en una zona más
abierta y tener ya sensación del chilly wind factor, y en efecto, tan pronto se
acabó la zona de rascacielos pude sentir el viento sobre mi húmeda ropa por lo
que decidí no deshacerme de la playera de manga larga, la cual conservé en todo
momento y en varias ocasiones me congratulé por no haberme desprendido de ella
y en verdad que el apego no tenía nada que ver.
Pronto pase la marca de las 6
millas, es decir, casi 10K, me sentía más que entero, era el momento del primer
gel pero por alguna razón me olvidé de él, me sentía como que apenas iba arrancando,
es decir, iba como nuevo. Previo a la carrera, me había registrado en un link
para que durante el recorrido, mis amigos del feisbuq, pudieran ver mi avance,
así que supuse que la primer notificación debiera estar ya publicada, de hecho
hubo una previa:
2012
Bank of America Chicago Marathon: You are confirmed to track your athlete(s)
via FACEBOOK! First SPLIT msg will be the 10K. Good Luck runners!
El registro de los primeros 10K
fue publicado así:
At
9:03:19 am, Raul (25896), 10K, Elapsed Time: 01:00:45, Pace: 09:47, Est. Finish
12:18pm (
UNOFFICIAL)
Esto significa que arranqué a las 8:03:19 de la mañana, que llevaba una
hora y que de acuerdo a su estimación, para las 12:18 hrs del día debía estar
terminado el maratón, así de optimistas y exactos son.
En fin, yo seguía adelante, en
cada estación de abasto tomaba un poco de líquidos, en el inter trataba de irme
por la orilla, las porras y entusiasmo de la gente era mayúsculo, era increíble
ver como todo tipo de gente me apoyaba, ya sea que me gritara por mi nombre o
que gritaran México, mi sonrisa era permanente y pronto me di cuenta que entre
más sonreía mas porras recibía, todo
mundo me extendía la mano, policías, colaboradores, voluntarios y público en
general, no había división, anglosajones, orientales, oscuros, y
sobre todo mexicanos, iba como si nada, todo mundo en la misma fiesta, era la
fiesta de Chicago no de los corredores, pensaba, este evento no es para los que
corren, es para la ciudad. cuando podía y cuando me acordaba, tomaba una foto,
los carteles de apoyo eran diversos, desde lo más emotivos hasta los más soeces,
en fin, era una fiesta y todo estaba permitido, pasábamos por ciertos
vecindarios, trataba de acertar cuales eran, gente joven, gente adulta, algunos
no podían salir por el frío pero desde la ventanas se observaba a la gente
atenta al evento, no por nada el 35 aniversario del maratón, y no por nada es
uno de los 5 más importantes del mundo. Chicago no deja de ser una ciudad
cosmopolita y toda su población proviene de diferentes partes del mundo, como
la mayoría de las ciudades de Estados Unidos.
Continuaba disfrutando de la ruta,
de la gente, del ambiente, muchos mexicanos nos encontrábamos en el recorrido y
nos saludábamos e intercambiábamos algunas palabras, éramos muchísimos mexicas,
de varias parte del país, Las raíces se unían y los sentimientos afloraban.
En algún momento encontré una rubia gringa corredora que llevaba en su playera impresa una leyenda que decía: En honor a Betty (Mom), me acerqué y le dije, mi mamá también se llama Betty, y justo ahora esta en mi casa recuperandose de un pie, tiene diabetes, me sonrió y me dijo vamos por ellas hasta el final, claro! le respondí y le dije animo!
En menos de lo que imaginé,
llegamos al medio maratón, es decir, a la milla 13.1, tomé una foto del letreo,
me dije vienes entero a pesar que de repente salía a relucir la molestia la
cual la congelé y le apliqué la ley del hielo, no dejaba que el diablillo me
hablara, lo ignoraba, le decía voy muy bien y no me vas a echar a perder este
recorrido.
El mensaje había sido enviado al
FB y era el siguiente:
At
10:11:04 am, Raul (25896), HALF, Elapsed Time: 02:08:30, Pace: 09:50, Est. Finish
12:19pm (UNOFFICIAL)
Estimaban que terminará a las
12:19 hrs del día, habían incrementado un minuto más. Las porras y parabienes
seguían llegando al facebook aunque yo en ese momento no los podía leer, sabía
que llevaba la mitad del maratón pero como bien dicen, lo bueno estaba por
venir, dicen que en realidad el maratón inicia en el km 30 y efectivamente, es
cuando el cuerpo ha agotado todas sus reservas de glucógeno y ahí se sabe quién
es quién, el reto realmente inicia a partir del km 28, yo a esa altura, venía
corriendo y disfrutando, no perdía oportunidad de ir por la orilla, ahí estaban
las porras y ahí la energía se hacía más presente y más fuerte, pasamos por un
barrio Irlandés y la cerveza se ofrecía cual bebida energética, es increíble
ver gente que sale de su casa y pone una mesa para ofrecer agua, dulces, fruta
o lo que tenga a mano, esos momentos son los que afirman que todos somos UNO,
los carteles de apoyo, el entusiasmo no importando que habían 6 grados
centígrados, claramente se veía a la gente con la temblorina pero su apoyo
estaba ahí, era incondicional, niños, bebes en carreolas, gente de la tercera
edad, todos ahí presentes y transmitiendo su energía, la cual era bien
recibida.
Cada vez que pasábamos por zonas
donde la arquitectura o naturaleza hacían resplandecer la belleza de la ciudad,
yo volvía a decir en mi mente, papá se que vienes a mi lado y al igual que yo
vienes disfrutando este recorrido, gracias por acompañarme; ver los tonos
amarillos, cobrizos, rojizos y demás colores otoñales me hacían el día, agradecía
el momento y pensaba en Alicia, me decía ahora que ya corre, debe disfrutar de
estos momentos, lamentaba también que Sergio no venía a mi lado pero sabía que
tanto el cómo Gustavo y Mike estaban disfrutando de ese espectáculo.
Hubo un momento en que veníamos alineados 6 o 7 mexicanos y
alguno de ellos comenzó a cantar Mexico
Lindo y Querido, solo miré de lado y todos los demás comenzamos a entonar
la famosa estrofa: México Lindo y Querido, si
muero lejos de ti ,que
digan que estoy dormido, y que me
traigan aquí …… Pasión y nacionalismo desbordado,
piel chinita otra vez.
Pasé el registro de los 30 km,
procuraba no ver mi reloj pero me di cuenta que llevaba buen paso y me sentía
sumamente bien, los dolores los ignoraba, solo decía ya llevo la mayor parte,
me falta el último jalón, el más importante. El mensaje a FB decía lo
siguiente:
At
11:05:37 am, Raul (25896), 30K, Elapsed Time: 03:03:03, Pace: 09:52, Est. Finish
12:20pm (UNOFFICIAL)
El pronóstico había subido un
minuto, estimaban que a mi paso terminara a las 12:20 horas del día.
Pronto llegamos a la milla 20,
eso significaba que estábamos en el km 32, me sentía muy bien, seguía ignorando
mi molestia de la pierna, acaba de consumir mi segundo gel, me comí uno de los
que ofrecieron en el recorrido, un Cliff sabor chocolate, creo que ha sido el
mejor sabor que he probado hasta el momento, me lo bajé con un poco de agua y
al decir verdad, me dejó un buen sabor de boca.
Continué corriendo por las
orillas, las porras y el chocar de manos era continuo y se volvió parte de mi carga
energética, desde temprana hora me había
dado cuenta que haciendo contacto visual con la gente y sonriendo, en
automático salían las porras y el apoyo, simplemente venía en armonía y en paz,
el diablillo seguía dormido o bien, quizá aún estaba viendo Chabelo y las
catafíxias, aunque el cansancio comenzaba a hacerse presente pero pronto
entramos a la calle 18 y de inmediato me percaté que estaba en el barrio
Mexicano. Otra vez, la vibración del entusiasmo me recorrió el cuerpo, grite
Viva México! Y de inmediato obtuve respuesta, comenzaron los gritos de Raúl y
de México unas personas levantaron la mano y comencé chocarlas, y con en ola de estadio, la gente
comenzó a levantar la mano y desde luego yo haciendo contacto visual con
ellos y chocando la mano, fueron mas de
100 metros continuos que pase chocando la mano con toda esa gente, simplemente
me estaba fortaleciendo, hasta una mujer policía de color me chocó la mano!
Salí del barrio Mexicano más que
fortalecido, como si me hubiera comido varios geles al mismo tiempo, súper
cargado de energía, con esa llegué hasta el Barrio Chino donde esperaba ver a
Alicia, era un área con mucha gente, muchísima, y pensé que sería complicado
ubicarla, tomé una foto a la entrada pero no la pude ver.
Adelante estaba el km
35, dije ya solo son 7k mas, me comí el tercer gel, un poco de agua y seguía
avanzando, mas adelante comencé a escuchar un rítmico tono, puse atención y
había una bandera Coreana y gente celebrando, identifiqué de inmediato el
Gangnam Style, dije no puede ser, Sergio donde estas?, otra vez las emociones, y como dice el negro, el niño es chillón y lo
pellizcan… Llegué a donde estaban los Coreanos, cruce los brazos a la altura de
las muñecas y las piernas levantadolas como el mentado ritmo, en cuanto los
Coreanos me vieron de inmediato se pusieron a bailar con el mismo pasito,
uufff, que emoción les dio, casi me querían abrazar y yo ya me quería quedar
ahí a bailar con ellos pero debía seguir, estos son los pequeños momentos que van
aderezando y poniéndole sabor al recorrido, sobre todo cuando ya llevas 36 km.
Más adelante llegué al abasto del
km 37, dije voy a caminar un poco más del minuto para recuperarme y de aquí
hasta el final pero error, cuando quise reiniciar el paso, los muslos me
comenzaron a doler, era más bien un tipo de ardor, sin embargo, continué pero
el diablillo ya había terminado de ver Chabelo y comenzaba a hacerse notar,
como pude continúe, hacia respiraciones profundas y le mandaba oxigeno a mis
piernas, a la vez que me decía ya solo faltan menos de 5K, ya llegaste, trataba
de no pensar en el dolor, me distraje viendo los lugares por donde íbamos pasando
a la vez que ignoraba al diablillo, continué respirando profundo y poco a poco fue
cediendo el dolor, así, llegué al km 40 y dije, ya la hice, ahora sí, a
disfrutar los últimos dos kilómetros.
En
ese momento, me dije, voy a ceder los
controles de mi cuerpo al corazón, la cabeza ya hizo su trabajo, los últimos 3
kilómetros los había recorrido en la modalidad de piloto automático, así que de
aquí en adelante viene lo mejor, y lo mejor es que ya había superado lo más
complicado y venía entero, algunos pequeños conatos de calambres pero las
respiraciones hicieron su parte, tomé la foto del letrero de 40K, me dibuje una
gran sonrisa, me acerqué a la gente esta vez por mi lado izquierdo, hice
contacto visual y de inmediato las porras, recuerdo perfectamente el rostro de
una señora ya mayor que me grito: Raúl, you look so good, you look so good!! Le
agradecí y me dije, desde luego que notó mi ánimo, mi alegría ya que para esa
altura, la mayoría viene con el rostro desencajado, algunos otros cojeando,
otros echando madres y otros haciendo estiramientos para los calambres, en esa
zona es donde el Diablillo se da gusto haciendo de las suyas, Sergio me platicó
que eso le sucedió, que ya venía diciéndose que eso no era para el, que su
debut y despedida, pero ya más tranquilo me dijo que era como una cruda, que en
el momento ya no quieres saber nada del alcohol, pero ya recuperado, estas
pensando en la próxima tertulia, así nos sucede, así de adictivo es esto de
correr, lo sufrimos pero lo gozamos, y queremos más, algunos dirán que es masoquismo
pero la realidad es que precisamente como hay una parte en la que el Diablillo
se da vuelo diciéndote que ya no puedes, que ya no sigas, que mejor te hubieras
quedado a ver Chabelo, que nadie te mando, que estás ahí por gusto, toda esa
cochambre y basura que el diablillo nos avienta en nuestro pensamiento es
precisamente lo que te hace repetir, ya que una vez que llegas a la meta te das
cuenta que no te diste por vencido, que luchaste hasta el final y que a pesar
del frío, del calor, de la lluvia, de los dolores, del cansancio, de las
ampollas, de las rozaduras y de todo el sufrimiento que pudiste haber pasado no
solo en la carrera si no desde el entrenamiento vencimos al mendigo Diablillo
que llevamos dentro y que muchas veces es el responsable de no alcanzar o de no
lograr o de no pelear por nuestros sueños, al fin es más fácil y cómodo
permanecer en nuestra zona de confort, ahí donde el Diablillo se la pasa de
lujo pero cuando sacas el extintor y lo rocías con pensamientos de claro que
puedo, de si lo voy a lograr, de claro que me duele pero me va a gustar, de éxito, de logro, de saberse ganador,
es cuando nos damos cuenta de que somos capaces de lograr lo que nos proponemos, por eso cuando llegas a la meta,
te vienen mil emociones a la vez y de que a pesar de todo lo que te dijo el
diablillo, fuiste capaz de vencerlo y de ganarle, esa conjunción de
sentimientos son los que nos embargan cuando llegas a la meta por eso,
celebramos, por eso agradecemos, por eso lloramos, por eso nos persignamos, y
por eso, queremos volver a hacerlo. Esas son las emociones, hay que aprender a
disfrutar más y a sufrir menos, claro, todo esfuerzo implica un sacrificio,
solo hay que tener el valor de proponérselo.
Esta semana Evers me comentaba de
un amigo suyo que corrió por primera vez un maratón y fue precisamente en
Chicago, me comentaba que por ahí del km 38 vio a su esposa, que él ya venía
sumamente cansado, pero recordó que más adelante estaban los fotógrafos, por lo
que quiso levantar los brazos pero no pudo más que llevarlos al frente y en
posición horizontal y que así se fue hasta
la meta, la historia es que una vez terminado, platicó con su esposa y ella
le dijo que lo había visto tan mal que lo único que hizo fue pedirle a su papá
(de él) que lo ayudara a llegar a la meta, entonces, cuando vieron las fotos aparecía
como si lo vinieran jalando de las manos, por eso no pudo levantarlas más que
hacia el frente….
Así como esta historia, hay
muchas más, cada uno tenemos la nuestra, mis últimos dos kilómetros fueron los
más eufóricos, si pudiera ponerle musica sería esta:
Venía corriendo en verdad con el corazón, no dejaba de sonreír, la
gente me gritaba, yo llevaba un brazo arriba, me topé con una enorme pantalla,
me preparé para tomarme una foto pero ya mero no salgo, fue un auto retrato,
salgo en la parte inferior, ahí dábamos vuelta y luego una pequeña subida, bueno,
creo que fue la subida más grande de todo el recorrido, venía el último jalón, me
sentía feliz, de la pierna ya no me acordaba, tomé una foto llegando a la meta,
levanté los brazos, y el baño de emociones llegó a mí, rodaron un par de
lagrimas pero iba feliz, sumamente feliz de haber concluido y sin mayores
problemas, así, quedó escrito un capitulo mas. El Ruly Runner Team llegó a la
meta, ese equipo, ese team son todos ustedes que me siguieron que me leyeron,
que me mandaron sus para bienes y buenos deseos, gracias por haber corrido a mi
lado.
At
12:20:48 pm, Raul (25896), FINISH, Elapsed Time: 04:18:14, Pace: 09:56
(UNOFFICIAL)
Cuando llegué a casa Mauricio me
preguntó con una gran felicidad: ¿en qué lugar quedaste papá?, le respondí como
en el 16 mil más o menos…… solo se le desfiguró el rostro, yo creo que esperaba
pódium.
Cuando regresé el martes pasado a trabajr, me encontré con un buen detalle, me habían dejado un mensaje en un vidrio de mi oficina, gracias Gilberto.
Gustavo, Sergio y Mike terminaron tambien satisfactoriamente su recorrido, así que una mencion especial para ellos, sobre todo a Sergio y Gustavo que fue su primer maratón y que ya estan pensando en el siguiente reto. Enhorabuena a los 3 !!
Gracias Armando, la bandera no solo ondeo, tambien retumbo el Mexico!!
Dear Raul,
Congratulations
on your finish at the 2012 Bank of America Chicago
Marathon! Your recorded finish time was 4:18:14 and you placed 16141 out of
37,455 finishers.
You were part
of a historic day at the 35th anniversary Bank of America Chicago Marathon. In
addition to a record number of finishers, Ethiopia’s Tsegaye Kebede set a new
course record of 2:04:38, breaking the previous mark by nearly a minute, and
Ethiopia’s Atsede Baysa’s one-second margin of victory over Rita Jeptoo of
Kenya was the closest women’s finish in race history.
The day also
saw Tatyana McFadden of Champaign, IL, win her second consecutive women’s wheelchair
title in 1:49:52, while Canada’s Josh Cassidy won the men’s wheelchair
competition in 1:32:58 after finishing fourth last year.
Thank you for
being a part of history at the 2012 Bank of America Chicago Marathon.
Sincerely,
Bank of
America Chicago Marathon