Febrero 26 2012.
La carrera de este domingo.
Un
domingo previo recorrimos la pista de Hualahuises, fue sumamente rápida, seca, terreno liso,
subidas y bajadas constantes, un par de cruce de riachuelos, y uno que otro
charco de lodo, no obstante, este domingo fue muy diferente, el recorrido
prácticamente estaba lleno de fango, de soquete, el esfuerzo debió ser mayor
pero más lento, tramos con pérdida de tracción, bajadas rápidas que requerían
más concentración, los canales de lodo aventaron a uno que otro temerario
ciclista a aterrizar en sus lodosos suelos, curioso pero hubo varios ponchados
en el recorrido, algunos accidentados,
uno de ellos apenas a unos cuantos metro de la línea de arranque con un
severo brazo lastimado, en fin, fue un recorrido totalmente diferente a lo
visto 8 días antes, incluso el clima, a pesar de iniciar a 7°C estuvo despejado
y ayudo mucho para una carrera sin mayor desgaste. Los niños que en la pasada
ocasión me echaron carreras, ahora estuvieron de entusiastas con sus porras,
animando a los que por ahí pasamos, desde luego, los saludé y me recordaron
como lo vi en sus sonrientes rostros.
Sin
embargo, creo que lo mejor de todo, es que esta vez nos acompañó la familia,
hijos y esposas, todas reunidas en torno a la meta esperando recibir con gritos
y aplausos a los cansados pero animados ciclistas, los gritos de júbilo y las
porras en el momento exacto de entrar a la meta hace que se enchine el cuero,
esas caritas y alegrías hacen olvidar dolores musicales, cansancio y demás desgaste
propio del evento.
Llegando a la Meta
Tan
pronto como crucé la meta y me bajé de
la bicicleta ya estaban ahí mis hijos recibiéndome con un abrazo, para después
decirme papá estas lleno de lodo!! Mira tu ropa!! Solo les faltó decir: mamá te
va a regañar…. Me hicieron el día feliz,
me olvidé de lo demás.
Tan
pronto como llegó el resto de los Bellineros, nos fuimos a casa del Profe, la
leña ya esta convertida en brasa, esperando darle el punto exacto a la carne
asada, las cervezas estaban frías y aguardándonos, el primer trago siempre sabe
a gloria; ya después de cambiarnos de ropa y tras un par de cheves, una rica y
caliente sopa de fideos hecha en olla de barro y a la leña nos ayudo a mitigar
el hambre y a recomponer el ánimo, después le siguieron las quesadillas, las salchichas
y desde luego los chuletones, los T-bones, etc., etc. Mas tarde llegaron
algunos otros miembros del equipo Powerade, Joel, Nacho con sus hijos, Rico y
otros cuyo nombre no recuerdo, todos convivimos y departimos, claro que los
comentarios sobre el evento no pudieron faltar.
Fer, Carlos, David, Nacho, Rafa, Geremy, Dani, El Profe y Ruly.
Agradecimos
la hospitalidad del Profe y su familia y retornamos a casa después de un buen,
excelente diría yo, domingo de competencia pero lo mejor, de convivencia
familiar.
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