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sábado, 18 de febrero de 2012

Llegando a la meta!


Llegando a La Meta



Partiendo de su definición, esta palabra tiene muchos significados, proviene del griego que se refiere al “más allá” como la metafísica, también como nombre propio de alguna ciudad, a un río que desemboca en el Orinoco, también como un objetivo aunque la diferencia es que éste último es que por lo general persigue un logro numérico, es decir, cuantificable, pero desde luego hablando de deportes, la meta se convierte en arco de llegada, a una línea la cual hay que cruzar para el feliz término y es precisamente a ésta a la cual me quiero referir el día de hoy. Hablando del aspecto deportivo siempre habrá una salida y una meta, es decir, un punto desde el cual se parte, se recorre alguna distancia y se termina en ese mismo o en otro punto distante o diferente. Hasta aquí todo suena muy claro y obvio, pero realmente lo que quiero mencionar es todo lo que sucede antes durante y especialmente al momento de llegar a la META, y si tú no corres, espero que esto te sirva para hacerlo algún día, te cambiará la vida.

Quién de nosotros no ha disfrutado un final de película ya sea en un carrera de autos, de caballos, una competencia de velocidad o resistencia, en las olimpiadas, en los juegos panamericanos, nacionales, estatales, colegiales, etc., algunos finales con mucha ventaja del primero con respecto del segundo al cruzar la línea de meta, otros sumamente cerrados con la famosa frase de “ganó por una nariz” que se traduce a milésimas de segundo de diferencia y otras muchas más dramáticas en las que el competidor apenas cruza la meta y se desploma, sin embargo, algunos otros, simplemente no pudieron llegar.

He tenido la oportunidad de disfrutar, así es, de disfrutar observando la llegada de bastantes competidores a la meta, muchos de ellos en carreras pedestres y muchos otros en algunas otras disciplinas y siempre es motivante y gratificante ver los rostros de júbilo, de placer, de emoción y también de dolor pero sobre todo las distintas formas en las que cada uno que cruza la meta festeja su triunfo, su logro, el haber cumplido su objetivo, el haber terminado o simplemente el solo hecho de haber llegado, si a la Meta. Hazlo un día, párate en una meta y observa lo que sucede.

Como competidor, también hay mucho que mencionar, y todo inicia desde el momento en que tomamos la decisión de participar en algún evento, no importando la distancia, si es en trote, si es en bicicleta o en cualquier otra competencia que signifique un desgaste físico. El simple hecho de inscribirse inicia con un hormigueo por la descarga de adrenalina que parte del plexo solar, exactamente en el área de las emociones, le sucede a todo el mundo, tanto para el profesional más destacado como para el mas sedentario participante dominguero, ese que corre con calcetas de vestir oscuras, shorts de manga larga y con la playera de su equipo de futbol;  los primeros porque forman parte de la elite competitiva y que van desde luego a dar el todo por lograr el pódium y los segundos porque también van a dar el todo por el simple hecho de terminar, de llegar a la meta sin importar el esfuerzo y tiempo que les tome, al final, se trata de cumplir, de llegar, de lograr el auto compromiso, de ganarse a sí mismo.

Es increíble ver la llegada de una redonda dama, de esas que no se mortifican por usar lycras a pesar de su corpulencia, bañadas en sudor, portando la playera oficial del evento, el numero escondido entre los pliegues de su vientre pero sumamente emocionadas, con cara que irradia felicidad, con sonrisa de oreja a oreja y la enorme satisfacción de haber cruzado la meta, puede sonar peyorativa mi descripción, pero esas górdis, tiene muchas agallas, tienen mucho coraje y mucho mas compromiso que cualquier otra escultural figura que diga, correr? Hay cómo? O sea, Que flojera!, en domingo? Cómo?

Pero esto no aplica nada mas al género femenino, también existen los pasaditos de peso, con o sin cabello como yo, y que también se atreven a usar su playera Dry Fit una talla menor para mostrar su abultado  físico, tipo Bibendum, el muñeco Michellin, esos que un buen día dijeron Basta!!! Y se levantaron de su sillón, apagaron su último cigarro en el bote de cerveza que bebían, hicieron a un lado los chicharrones y demás botana y se propusieron a activar su cuerpo, esos seres con colesterol y amplias reservas de energía almacenada en su ser físico, atómico y terrenal, esos que también llegan celebrando su victoria y con justa razón, no le aunque que sean de los últimos, no importa que hayan dado algunos pasos para recuperar el aliento, no importa que su frecuencia cardiaca esté al 110%, lo increíble es ver cómo llegan, sudando la gota gorda, volteando la mirada a diestra y siniestra buscando la aprobación de la gente al decirles con la mirada, mírenme!! Llegué!! Lo logré!!! Y la gente aplaudiéndole y animándole!!! Celebrando en conjunto su victoria, llegar a la Meta….su triunfo, se decidieron y lo hicieron, y lo mejor es que van a continuar y a la vuelta de los años con muchos, muchos kilos menos de su actual humanidad.

Las llegadas en pareja, esas nunca faltan, llegan a la meta tomados de la mano, muy sonrientes, también su esfuerzo se deja ver en uno más que en el otro, pero al final, llegar juntos, cumplir juntos, al pasar la línea de llegada se abrazan, se besan, si, algunos mas pasionalmente que otros, pero todos con el mismo sabor, el salado sabor del sudoroso esfuerzo de haber cumplido el cometido, el compromiso mutuo, el compromiso de pareja de hacerlo juntos.

Otro grupo muy emotivo es de los padres con los hijos (mi favorito), los hijos con las madres, las hijas sin madre pero con mucho padre, los hay en todos rangos de edades, como los pequeños que esperan próximos a la meta la llegada del idolatrado padre para brincar a la pista y llegar de la mano con el orgullo hasta los huesos (esto es parte de lo mío) donde la emoción se multiplica, el cansancio y los dolores se olvidan al ver el rostro de los pequeños que sin saberlo, están creando recuerdos de su infancia, y que algún día que reciban la bendición de ser padres, querrán revivirlos ahora con sus propios consanguíneos.

Los hay también adolescentes, los que sufren los cambios de voz con el rostro cubierto de pubertad, hay los NiNis y los ya mas mayorcitos,  treintañeros que concluyen también muchos de ell@s de la mano de su padre ya cubierto por el sinónimo físico de experiencia y vida, estos llegan, se congratulan mutuamente, se dan un abrazo, sonríen, caminan abrazados en silencio pero llenos de emoción, sabedores que a pesar de la edad, siguen compartiendo su tiempo libre de manera saludable y prolongando los días que les permitan continuar interactuando, solo viéndolos los entiendes, los comprendes y te emocionas al visualizarte de esa manera, esperando que algún día compartas el gusto de correr quizá un maratón al lado de tu(s) hij@s.

Las cabecitas de algodón. Este grupo representa quizá el mayor ejemplo de entusiasmo, perseverancia, constancia, disciplina, agallas pero sobre todo, fortaleza física, ganas de vivir y vivir bien, sus cuerpos son por demás delgados, con algunos pellejos que la gravedad manifiesta, sin embargo, la poca grasa permite ver los músculos definidos, fortalecidos a través de muchos años de actividad física, ellos que van a tu ritmo en el mejor de los casos ó que los ves volando en pausado pero sostenido ritmo, terminan sin despeinarse, con alguna mueca sonríen, alzan los brazos, pocas veces los reciben sus familiares, pero la asidua concurrencia a estos eventos los saluda, los vitorea y tranquilamente esperan la llamada al pódium para recibir su trofeo, se disputan los primeros lugares carrera tras carrera, pero siguen acumulando kilómetros y experiencia, son reconocidos y respetados, su presencia en la meta compromete el desempeño de los más jóvenes que aparecen en las fotos junto a ellos llegando en paralelo  a la línea final con mejores tiempos que el promedio de la gente, esas grandes personas que ya no se preocupan por detener su cronómetro al pisar la meta si no de que el cronómetro de la vida no los detenga a ellos, sin embargo, siguen siendo el mayor de los ejemplos para todos.
También está el grupo de los disfrazados, y no me refiero a esos que corren aun en el closet, si no a los que vestidos de súper héroe, de gladiador, de rockero, con velo de novia, o cualquier otra botarga que los haga diferenciarse de los demás, ellos son creo los que más ansiosamente esperan pisar la línea final, y como no, correr con el rostro cubierto o bajo un pesado disfraz (los más osados llevan algún complemento del disfraz cargándolo todo el recorrido) y en ocasiones con temperaturas y humedad parecidas a las del mismísimo infierno, hacen agobiante y eterno el recorrido por mínima distancia que sea, a ellos casi no se les ve el rostro pero su lenguaje corporal grita de júbilo y exige el reconocimiento por la osadía del esfuerzo y la poca ventilación corporal, indudablemente llevan un espíritu alegría compartida, se disfrazan para los demás, por eso, al final, muchos hacen fila para tomarse la foto del recuerdo, y también, llegan celebrando a su manera en la meta y pues sí, se merecen estrellita dorada.
Otro segmento importante y que no puedo omitir, son los grupos de corredores pertenecientes a un equipo, ellos entrenan juntos, calientan antes de cada carrera, corren uniformados, portan con orgullo su playera, sinónimo del sentido pertenencia, por eso corren en grupos, los más rápidos llegan antes pero esperan sus compañeros para vitorearlos en la meta, algunos van corriendo y platicando especialmente de sus vivencias en otras carreras, de sus tiempos, del paso que llevan, casi si siempre el tema es el mismo, la carrera en sí,  algunos de ellos se van justificando previamente por no hacer el tiempo que esperan hacer, que si no entrenaron porque la semana estuvo cargada de trabajo, que si se desvelaron, que si les duele la rodilla, etc., etc., lo curioso es que si llegan en su tiempo estimado y los mas lentos de ellos son esperados pacientemente por el resto en la línea de llegada, al final, su instructor los espera para hacer sus ejercicios de estiramiento y las respectivas fotos de grupo.

También existe el corredor GQ, ese que anda a la moda, con los tenis de última generación, los modelos más recientes, las marcas más in o trending, algunos de colores fósfo muy brillantes, portan cinturón de hidratación, bandas de imanes en las rodillas, mangas de compresión en los chamorros, pulsera de balance, playera de su más reciente maratón sobre todo si es de más allá de la frontera, usan TAPES con colores brillantes por todos los músculos de su cuerpo, sobre todo aquellos que más expuestos a la vista, utilizan el reloj con GPS de última generación, lentes de marca con colores brillantes y gorra también de algún reconocido evento anterior, desde luego que el iphone S4 no puede faltar, llegan a la meta y rara vez levantan los brazos porque de inmediato voltean a ver su cronómetro o cualquier otro gadget que porten, pero desde luego que también en el fondo gozan y disfrutan el haber llegado a la meta.

En fin, hay un gran variedad de formas y maneras de celebrar la llegada a la meta pero cada una es diferente, cada una con su propia actitud aún y cuando corras cada fin de semana, todas son diferentes: está el que llegando zigzagueando como avioncito con los brazos a la altura de los hombros como si fueran sus alas, el que solo llega y da un salto sobre el tapete de registro y sonríe, el que llega gritando su grandeza y fortaleza por haber cumplido o solo por haber llegado, el que voltea al cielo y sonríe, el que solo se persigna y avanza, el que lanza un beso, el que voltea a la cámara para la foto del recuerdo, el que entra bailando, el que entra desencajado por el esfuerzo del sprint final, algunos pocos con el llanto en la cara, no de dolor si no de satisfacción, el que dice no vuelvo a correr y a los dos días ya está entrenando, el que llega cojeando y acalambrado, el que llega devolviendo el desayuno, el que llega con cara de yo no fui, el que llega diciendo Yesssss!!!! Con el puño cerrado y bajando el brazo y codo hacia su cuerpo, el que vitorea hacia arriba el brazo como queriendo pegarle a la piñata, el que solo voltea a ver su reloj y detiene su cronómetro, el que lo espera la familia entera y le aplauden orgullosos al sonoro grito de “ese es mi´jo!!”, el discapacitado que todo el recorrido es aplaudido y apoyado, el que llega con apoyas, el que llega rozado, el que solo sonríe, el que se aplaude solo, el que nadie lo espera, el que rompió su record junto al que por esta ocasión no lo logró, el que no se inscribió pero corrió de cachirul, el que se quedó dormido y llegó tarde pero alcanzó y rebaso a la mayoría, el que dedicó la carrera, el que solo va por la medalla y la playera, el que solo va por el gusto de correr, el que está entrenando, el que quiere y puede, pero todos, absolutamente todos, cuando llegan a la meta sienten lo mismo, la satisfacción de haber terminado y celebrado, el sabor del triunfo, del logro, del sí lo hice, del trillado sí se
pudo, de haber llegado, de haber terminado….. Y por eso yo también corro, y por eso, cuando llego a la meta gozo celebrar al levantar los brazos!!

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